Comunicación de malas noticias y
gestión de emociones
Una mala noticia siempre va a serlo y no podemos variar esta realidad, pero sí podemos evitar el impacto psicológico además de conseguir que nuestro interlocutor la asimile de una manera más equilibrada. El entorno se ve condicionado y a veces ofrece una respuesta que poco atiende a la necesidad de quién sufre la pérdida.
Tras un hecho traumático como es la pérdida de un familiar o una lesión, es normal que el entorno se quede paralizado, por ello hay que dotarle de los conocimientos necesarios para llevar a cabo una buena comunicación en circunstancias delicadas.

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