El Ministerio de Fomento y las diferentes asociaciones y organizaciones de camiones pactaban hace unos meses que de manera voluntaria dejaran de circular voluntariamente por algunos tramos de carretera nacionales, aquellos que tienen una mayor congestión. Para ello, optan por realizar su viaje por la autopista de peaje alternativa. Por su parte, el RACC ha propuesto el trasvase de vehículos pesados de las vías convencionales a autopistas o autovías en 24 tramos de la Red de Carreteras del Estado (RCE), aplicando un descuento del 50% en los peajes para estos vehículos, ante los buenos datos.
El informe “Concentración del tráfico pesado en las vías más seguras” propone esta medida atendiendo los buenos resultados que esta iniciativa ha propiciado en la N-II y amplía a 8 carreteras más la propuesta que el Ministerio de Fomento (16 carreteras) hasta llegar a un total de 24 carreteras (1.838 Km. de vías convencionales y 2.050 de autopistas y autovías paralelas).
Durante el mes de julio, el Ministerio de Fomento ha puesto en marcha una prueba piloto voluntaria durante 5 meses en 6 tramos para vehículos pesados de 4 o más ejes. El análisis de los 24 tramos que ha realizado el RACC incluye:
-La reducción esperable de la accidentalidad sobre el tramo de aplicación y el beneficio social neto generado por el trasvase.
-Los costes y beneficios de la propuesta sobre los transportistas
-La compensación que debería de satisfacer la Administración a las concesionarias de las autopistas por una eventual reducción de los ingresos, derivados de los descuentos del 50% del peaje para los vehículos pesados.
Fuente: RACC
Tramos que se propone ampliar
Se propone añadir a la propuesta 8 carreteras convencionales que, por su accidentalidad con implicación de vehículos pesados, reflejan un problema de seguridad vial.
Se incluyen trazados de 2 carreteras radiales y 6 carreteras convencionales en la Red de Carreteras del Estado.
Hay que destacar que 5 de las carreteras que se incluyen se desviarían hacia autovías libres de pago y el resto a autopistas.
En RACC señala que en los tramos analizados se producen 327 accidentes con muertos y/o heridos graves, que causan un promedio de 108 muertos y 346 heridos graves cada año. Cabe resaltar que el 64% de estos accidentes y el 73% de los muertos se producen en carreteras convencionales, a pesar de que la mayor parte del tráfico circula por vías de gran capacidad (autopistas y autovías).
La gravedad de los accidentes es mayor en las vías convencionales que en las vías de gran capacidad. En las primeras, el 27% de las víctimas son muertos (79 sobre 293), mientras que en las vías de gran capacidad el porcentaje de muertos es del 18% (29 sobre 161).
El número de accidentes y víctimas con vehículos pesados implicados es muy importante: en promedio ocurren 91 accidentes, 35 muertos y 96 heridos graves.
También en el caso de los camiones se observa que la gravedad de los accidentes es mayor en las carreteras convencionales que en las vías de gran capacidad. En las primeras, el 29% de las víctimas fueron mortales, mientras que en las vías de gran capacidad lo fueron el 19%.
Por último, destacan que todo apunta a que una proporción significativa de los accidentes entre turismos tiene lugar durante maniobras de adelantamiento de camiones. Ello sugiere que una elevada intensidad de tráfico de camiones acabe afectando significativamente a la accidentalidad entre turismos. Riesgo de accidentalidad
MEJORA PARA TODOS
El beneficio social neto estimado de estas medidas estaría entre 140 y 241 millones de € al año. La mayoría de este beneficio se derivaría de la reducción de la accidentalidad y de una reducción en el tiempo de recorrido.
Además, el impacto global en términos de mayor o menor consumo de combustible y de emisiones de CO2 sería más reducido.
En cuanto a la reducción de la accidentalidad, en un escenario sólo de reducción de los accidentes con implicación de vehículos pesados se podrían disminuir los 29 muertos y 76 heridos graves anuales en estas vías. En un escenario de máximos (si la reducción fuera de toda la accidentalidad grave y mortal) se podrían llegar a salvar hasta un total de 79 vidas por accidentes de tráfico y un total de 214 heridos graves cada año
En lo que respecta a los transportistas, aquellos que deberían desviarse hacia vías de gran capacidad tendrían un beneficio cercano a los 15 millones de € anuales debido a la reducción de la accidentalidad, el ahorro de tiempo y el ahorro de combustible que supondría la medida. Además, aquellos que ya circulan en la actualidad por autopistas tendrían un beneficio de 94 millones de € al año debido a que se beneficiarían de una reducción del 50% del peaje.
En este sentido, añaden que de forma agregada, no haría falta que la Administración compensase a las concesionarias de autopistas dado que es esperable que la reducción del peaje se compense por un aumento del tráfico que haga que la recaudación de las concesionarias no disminuya, sino que de hecho aumente ligeramente.