Predicar con el ejemplo es la clave para que los más jóvenes sean peatones seguros y conductores responsables. La familia es el lugar donde los niños deben aprender y reforzar conductas relacionadas con la seguridad vial, tan importantes como respetar los semáforos y los pasos de cebra, abrocharse correctamente el cinturón de seguridad y utilizar el casco y elementos reflectantes cuando circulan en bicicleta, entre otros. El I Barómetro sobre la Educación Vial en España deja datos muy relevantes como que superar la velocidad permitida, usar el teléfono móvil mientras se conduce y no abrocharse el cinturón de seguridad son las normas que más infringen los padres delante de sus hijos.

Tanto profesores como padres coinciden de forma mayoritaria a la hora de valorar positivamente la educación vial que se imparte actualmente en los centros educativos, aunque el barómetro también apunta que sigue siendo necesario mejorar la educación vial, especialmente en aquellos centros en los que apenas se llevan a cabo actividades específicas en esta materia.

EDUCACIÓN VIAL, ASIGNATURA OBLIGATORIA

El informe pone de manifiesto, además, el gran consenso que existe también entre docentes y padres para incluir en el currículo escolar una asignatura específica sobre educación vial. Un 58 por ciento de los docentes y un 63,1 por ciento de los padres se posiciona a favor de poner en marcha esta iniciativa, que el pasado mes de mayo aprobó el Congreso de los Diputados y que insta al Gobierno a incluir la educación vial en los ciclos de Primaria y Secundaria.

INFRACCIONES DELANTE DE LOS HIJOS

En lo que se refiere al cumplimiento de la normas, la gran mayoría de los padres confiesa actuar prudentemente al volante, independientemente de la presencia de sus hijos en el vehículo. Según el barómetro, un 65 por ciento las respeta “siempre”, un 37,9 por ciento las respeta “más en presencia de sus hijos” y un 1 por ciento, “solo en viajes largos”.

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Las que más se infringen son aquellas que tienen que ver con el exceso de velocidad (36,4 por ciento), seguida del uso del teléfono móvil, el cinturón de seguridad y las actitudes agresivas al volante.

El informe también reconoce la labor que desempeñan los agentes de policía en relación a la prevención y formación sobre seguridad vial y destaca que pese a que una amplia mayoría de los profesores (8 de cada 10) no ha recibido formación ni ha participado en programas formativos específicos sobre educación vial, muchos de ellos admiten encontrar con facilidad recursos para incluir en sus clases.