El Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Tráfico (DGT), tiene previsto realizar durante este año más de 120.000 pruebas de detección de sustancias psicoactivas entre conductores en vías interurbanas de toda España, excepto en el País Vasco y Cataluña, con el objetivo de sacar de la circulación a los conductores que se ponen al volante tras haber consumido alguna droga. Se trata de un 38% más a las realizadas en 2015. Se estima que el incremento de los controles supondrán una reducción de al menos un 17% de accidentes de tráfico.

Este incremento de más de 45.000 pruebas respecto a las realizadas en 2015 está en consonancia con el Plan Estratégico de Seguridad Vial 2010-2020 y especialmente con una de las cinco áreas de actuación del Organismo definida como visión cero en drogas y alcohol, tras los resultados de las pruebas realizadas en 2015 y anunciadas el pasado lunes 4 de enero en rueda de prensa por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en el que el 59% de los conductores que habían cometido alguna infracción fueron además detectados positivos a drogas ilegales, así como un 33% de los conductores evaluados en controles preventivos.

Para llevar a cabo todas estas pruebas relacionadas con drogas, la DGT cuenta con un presupuesto de 12 millones de euros tal y como se explicó en la comparecencia de Presupuestos Generales del Estado para 2016 en la Comisión de Interior y Seguridad Vial del Congreso de los Diputados.

Estos 12 millones de euros se destinarán tanto a la compra de los kits de drogas y material complementario, así como a la contratación del servicio de laboratorio para el análisis de las muestras.

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Como novedad, durante el 2015 se introdujo la realización de estos controles a los usuarios involucrados en accidente (heridos leves e ilesos, puesto que a los heridos hospitalizados o fallecidos las pruebas se realizan en el entorno sanitario) y a los conductores que hubieran cometido alguna infracción (velocidad, cinturón, casco…) dentro del Plan Integral de Vigilancia.

El último informe DRUID´13 revela que el 12% de los conductores elegidos al azar dieron positivo en alcohol y drogas por encima de los límites legales. El cannabis y la cocaína son las dos sustancias más frecuentes halladas. Además el Instituto Nacional de Toxicología en su Memoria anual confirma que el 39,09% de los conductores fallecidos y analizados (614) por dicho organismo tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos. En el caso de los peatones analizados (173), este porcentaje asciende al 40%.

Se espera que el incremento de estos controles entre los conductores suponga una reducción de un mínimo del 17% en el número de accidentes de tráfico, tal y como recoge Rune Elvik en el libro “The Handbook of Road Safety Measures”.

El Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Tráfico (DGT), está estudiando también establecer otras medidas de refuerzo pedagógico y rehabilitador entre los conductores ampliables a otros campos que se irán concretando a lo largo del año.